Al mejor postor

Virgil Oldman (Geoffrey Rush, El Discurso del Rey) es un hombre solitario, cuya renuencia a comprometerse con los demás, especialmente con las mujeres, sólo es comparable con la obsesión tenaz con la que ejerce su profesión de anticuario. Él nunca ha estado cerca de otro ser humano, ni siquiera Robert (Jim Sturgess), su único amigo – un joven restaurador especialista en los dispositivos mecánicos de todas las épocas.

El día que cumple sesenta y tres años, Virgilio recibe una llamada telefónica de una joven que le pregunta para manejar la eliminación de algunas obras de arte de la familia. Pero cuando llega el momento de su primera visita al lugar, la chica no aparece, por diversas razones, ni tampoco se presenta para la realización del inventario o para el transporte y la restauración de las piezas.

Más de una vez Virgilio se siente tentado a retirarse de lo que parece ser nada más que un lío molesto, pero en cada ocasión, la misteriosa joven lo convence de continuar. Y con esto, la vida del viejo anticuario comienza a tomar un giro inesperado. Es Robert, que le muestra, paso a paso, cómo ganar el corazón de una joven que tiene miedo del mundo, atrapado en medio de este extraño juego de ajedrez, Virgilio pronto se ve envuelto por una pasión que transformará su existencia gris para siempre.