Los Fabulosos 7
Cast e info de: Los Fabulosos 7
Título Original:
Director: Fernando Sariñana, Charlie Gore
Actores: Arcelia Ramirez, Odiseo Bichir, José Ángel Bichir, Ximena Siriñana
País:
Fecha de Estreno: 2013-11-15
Distribuidor: Corazón Films
Sinopsis
“Los Fabulosos 7” narra la historia de un grupo musical de ambientación de eventos, que se encuentra en un momento decisivo de su trayectoria, que enfrenta a sus integrantes al dilema de luchar por sus sueños o renunciar a ellos. Gabriel, líder del grupo, posee un oído y un sentido musical notables. Silvia, su mujer, tiene una voz entonada y potente. Tienen un hijo llamado Julio un prodigio a sus veintidós años. Gabriel y Silvia tienen un grupo de ambientación de eventos. Gabriel es el líder y guitarrista y Silvia la vocalista. Los acompañan Tito, amigo fiel de Gabriel desde la preparatoria que ahora usa su talento al piano, Don Jero, veterano percusionista de la Filarmónica Nacional, Joaquín, bajista de profesión e hipocondríaco por vocación, y Leopoldo, apasionado trompetista de jazz con historial errante y bohemio, que se cura con whiskys la frustración de la música y del amor, desde hace cinco años pertenece al grupo y hace dos mantiene en secreto una relación sentimental con Silvia. Eventualmente, Julio sustituye a Joaquín, el bajista del grupo. Pero Julio tiene su propio grupo, “Falange”. Una asociación de free jazz experimental e irreverente, Julio capitanea a cargo del piano. Cristina, es la voz dulce e infernal que colorea las composiciones de su mejor amigo, Flavio, está a cargo del contrabajo; y Mark, que está con Falange por amor al arte y a la vez con otros grupos por amor a la chuleta, toca las percusiones. El caso de Falange es el de tantos grupos experimentales que están en busca de una oportunidad y aparece en la figura de un hombrecito académico, musicólogo de profesión, de nombre Eusebio Cevares. Eusebio escucha a Falange y se enamora de lo que él describe como un “intento desesperado por hallar un estilo propio”. Propone al grupo presentar audiciones para una pequeña pero prestigiosa escuela experimental de Nueva York con sello discográfico propio que sólo admite tres agrupaciones nuevas por año. Gabriel, con la ilusión de regalarles un patrimonio a su hijo y a su esposa, está a punto de comprar una casa con los ahorros de toda su vida. Pero sus planes cambian al encontrarse por azar a un viejo compañero de la secundaria, Demetrio Solís. Demetrio propone a Gabriel venderle un salón de fiestas, que le dejaría mucho dinero, Gabriel, después de pensarlo mucho, no compra la casa y acepta la propuesta de Demetrio. Gabriel le anuncia a Julio que tendrá que quedarse como bajista oficial del grupo, pues Joaquín acaba de renunciar ha contratado a una segunda vocalista de nombre Claudia, ahora más que nunca necesitan dinero para pagar el salón, Julio se enfurece y se resiste, Silvia teme por los ahorros de toda una vida. Julio sortea como puede los ensayos con su grupo y las presentaciones con la banda de su padre, también decide componer una canción nueva para la audición preliminar, que a duras penas le da tiempo de montar con su banda. Gabriel nunca se ha tomado muy en serio a Falange y tampoco esta determinante oportunidad para su hijo. La noche previa a la audición, con el último ensayo de Julio por delante, Gabriel acepta un bomberazo y promete llamar a Joaquín para que lo sustituya en la presentación, cosa que no hace. Julio se da cuenta y en señal de rebeldía, toca los acordes de memoria durante la boda mientras escucha otra cosa, con los audífonos puestos. Un inesperado y fatal accidente en la pista de baile hace que la fiesta en cuestión se cancele, y Julio corre a casa de Cristina para llevar a cabo el ensayo. Pero ensayan solos. Flavio y Mark ya han hecho otro plan. Con todo Falange triunfa en la primera audición. Karl, el director de la academia de Nueva York, vendrá a México dentro de un par de semanas para escucharlos y tomar la decisión final. Claudia y Julio han tenido una extraña conexión desde la incursión de ésta en Los Fabulosos 7. La personalidad arrebatada y el sentido del humor de Claudia intrigan a Julio. Y ella, por su lado, se siente admirada por su talento y halagada por la atracción que bien sabe provoca en él. Sin embargo, los efectos de sus encantos los tiene puestos en otros intereses. Claudia tiene muy claro que no es cantando en bodas donde quiere terminar, y está instalada en una carrera sin tregua de cama en cama, esperando que alguno de esos encuentros con pseudo- productores, directores artísticos, promotores y similares, represente su decidió trampolín a la fama. Los siete magníficos salen de gira por el Bajío, en lo que supone la recta final de presentaciones de cara a la firma del contrato y la compra del salón de fiestas. Antes de partir, Julio deja a Cristina unas nuevas partituras, pidiéndole que las ensaye junto con Flavio y Mark en su ausencia. La noche siguiente, después de la última presentación de Los Fabulosos 7, en unos churriguerescos XV años, Leo saca forzadamente a Silvia a la calle para decirle que se va, le habla de un hijo que tiene, él cual tiene cinco años y vive en Barcelona, le ruega a Silvia que se vaya con él. Ella, llorosa y atolondrada, no sabe cómo reaccionar cuando Leo le tiende un boleto de avión que sale dentro de un par de días. Esa misma noche, el resto del grupo departe a la cantina habitual, como después de cada presentación. Claudia y Julio comienzan con toqueteos de alto calibre por debajo de la mesa, continúan con besos atropellados en la calle, y terminan en la alfombra del departamento de Claudia. Al día siguiente, Julio despierta en un grito al mirar la hora, y sale disparado al ensayo con Falanage. Cuando llega a casa de Cristina se entera de que Flavio tiene un examen inapelable del propedéutico justo el día de la audición, y Mark una tocada irrepetible en el Hard Rock de Cancún, con otra banda. Gabriel finalmente ha reunido todo el dinero para el salón. Cuenta los billetes en casa de Tito, con ilusión infantil. Gabriel y Demetrio esperan a Tito en el banco. Pero Tito no aparece y no hay modo de localizarlo. Muerto de angustia de que algo le haya ocurrido, Gabriel corre junto con Don Jero a casa de Tito para descubrir, estremecido, que éste ha vaciado su departamento. Mientras Gabriel ahoga la traición y la rutina en la cantina, Silvia se debate con dos maletas hechas enfrente: el avión para Barcelona sale esa misma noche. Silvia ha decidido marcharse, pero recibe una llamada y se entera que Gabriel está muy mal y sólo pide por ella. Después de una docena de intentos al teléfono desde el aeropuerto, Leo sube solo y abatido al avión. Julio recibe una llamada de Claudia quien le dice una serie de frases inconexas, Julio sale disparado rumbo a su casa. La encuentra en el piso del baño, botella y media de vodka vacías y frascos de analgésicos y anti-gripales. Al día siguiente, en la cama del hospital, Claudia le sugiere que se olvide de ser otra cosa de lo que es y se compre el boleto de su paz mental mientras todavía esté a tiempo. Julio, extrañamente, opta por lo opuesto, faltando apenas dos horas para la audición final con Karl, Julio decide presentarse sin grupo. Corre por las partituras a su casa, donde se encuentra con sus padres deprimidos. Con todo, termina diciéndoles a dónde va, confrontándolos por primera vez con toda la sinceridad y el cariño y con todas las agallas ha decidido aventurarse a su sueño con todo lo que esto implique. Va casa de Cristina, a quien se tiene que llevar cargando en hombros y en el trayecto convencer de que ellos dos son Falange y siempre lo han sido. Julio y Cristina llegan a la audición cuando Karl ya se está marchando. Momentos después Falange está en el escenario, él con una camiseta rota y ella en pants, disimulados bajo un abrigo verde de plumas que rara vez se quita. La canción que comienzan a interpretar posee el mismo estilo desgarrado y multifacético de todas sus composiciones, sólo que está tiene letra: es la canción que escribió Gabriel y que Julio descubrió y leyó a Claudia una noche. Lo que Julio no sabe es que sus padres la escuchan desde las últimas butacas, Silvia conmovida y desbordada de orgullo y Gabriel dejando correr las lagrimas sin hacer nada salvo mirar al escenario. Al finalizar quienes se miran son Julio y Cristina. Por primera vez, éste le devuelve la sonrisa al terminar la canción.